Con melancolía te escribo, es necesario compartir algunos conceptos
filosóficos sobre la vida, te extraño y en este generoso cuerpo
cibernético quisiera decirte lo mucho que te amo. Te veo y te siento en
cada amanecer, al atardecer, al anochecer, cada segundo, cada minuto. En
el ocaso, en la alborada, Tu presencia y tu recuerdo se esparcen
generosamente en mi ser, cada instante de la vida.
Hoy sólo sé que mi cuerpo es un racimo de placer cuando el arco de la vida tocando su canción sobre mi médula me entrega el distico sin par de tus brazos, mujer.
Yo hacía una divina labor, sobre la roca
creciente del orgullo. De la vida lejana
algún pétalo vivovoló en la mañana,
algún beso en la noche. Tenaz como una loca,
seguía mi divina labor sobre la roca, cuando tu voz que funde como sacra campana
en la nota celeste la vibración humana,
tendió su lazo de oro al borde de tu boca;
-¡Maravilloso nido del vértigo, tu boca!
Dos pétalos de rosa abrochando un abismo...-
Labor, labor gloriosa, dolorosa y liviana;
tela donde mi espíritu se fue tramando él mismo
tú quedas en la testa soberbia de la roca,
y yo caigo sin fin en el sangriento abismo!
Hoy sólo sé que mi cuerpo es un racimo de placer cuando el arco de la vida tocando su canción sobre mi médula me entrega el distico sin par de tus brazos, mujer.
Yo hacía una divina labor, sobre la roca
creciente del orgullo. De la vida lejana
algún pétalo vivovoló en la mañana,
algún beso en la noche. Tenaz como una loca,
seguía mi divina labor sobre la roca, cuando tu voz que funde como sacra campana
en la nota celeste la vibración humana,
tendió su lazo de oro al borde de tu boca;
-¡Maravilloso nido del vértigo, tu boca!
Dos pétalos de rosa abrochando un abismo...-
Labor, labor gloriosa, dolorosa y liviana;
tela donde mi espíritu se fue tramando él mismo
tú quedas en la testa soberbia de la roca,
y yo caigo sin fin en el sangriento abismo!
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