25 may 2012

VOY A VOS

No pienso quedarme otra vez sin hablar
que tiene de malo perder la razón,
lo hago bien
Estoy en tus manos, no quiero salir
te pido que aprietes me vas a sentir
no hace mal.
Si queres subime, mostrame otro lugar
sin dudar te diré, llévame hasta el final
pero no me dejes sin tu amor
Si vos te vas no queda nada
pocas y me sobran las palabras, voy
voy a vos.
si vos te vas no queda nada
me acostumbraste tanto a tu calor
voy a vos.
Si se hace difícil poderte explicar
la luna es testigo de mi enfermedad
voy a vos.
Si queres subime, mostrame otro lugar
sin dudar te diré, llévame a otro lugar
pero no me dejes sin tu amor.
Si vos te vas no queda nada...
Si queres subime, mostrame otro lugar ye ye
sin dudar te diré, llévame hasta el final
pero no me dejes sin tu amor.
Si vos te vas no queda nada...

LA PARTE DE ADELANTE

Soy vulnerable a tu lado mas amable
soy carcelero de tu lado mas grosero
soy el soldado de tu lado mas malvado
el arquitecto de tus lados incorrectos
soy propietario de tu lado mas caliente
soy dirigente de tu parte mas urgente
soy artesano de tu lado mas humano
y el comandante de tu parte de adelante

soy inocente de tu lado mas culpable
pero el culpable de tu lado mas caliente
soy el custodio de tus rafagas de odio
el comandante de tu parte de adelante

cargando imagen a tu lado estoy mi vida
mañana sera un nuevo punto de partida
soy vagabundo de tu lado mas profundo
por un segundo de tu cuerpo doy el mundo

que mas quisiera que pasar la vida entera
como estudiante el dia de la primavera
siempre viajando en un asiento de primera
el comandante de tu balsa de madera
que mas quisiera que pasar la vida entera
como estudiante el dia de la primavera
siempre viajando en un asiento de primera
el carpintero de tu balsa de madera

soy el soldado de tu lado malvado
el comandante de tu parte de adelante

cargando imagen a tu lado estoy mi vida
mañana sera un nuevo punto de partida
soy vagabundo de tu lado mas profundo
por un segundo de tu cuerpo doy el mundo

que mas quisiera que pasar la vida entera
como estudiante el dia de la primavera
siempre viajando en un asiento de primera
el comandante de tu parte de adelante

que mas quisiera que pasar la vida entera
como estudiante el dia de la primavera
siempre viajando en un asiento de primera
el mejor carpintero de tu balsa de madera

soy el soldado de tu lado malvado
el comandante de tu parte de adelante

soy el soldado de tu lado malvado
y el comandante ...

solo estoy solo y estoy buscando esa alguien que 
me esta esperando que me entienda y si no me entiende 
alguien que me comprende alguna a quien recordar de 
memoria cuando estoy de viaje cuando estoy muy lejos si...
soy un vagabundo y camino bastante al rededor del mundo 
pero quiero volver a mi casa a alguna casa
para en contrar a esa princesa vampira que respira
que respira y me mira.

FLACA

Flaca no me claves
tus puñales
por la espalda
tan profundo
no me duelen
no me hacen mal
Lejos
en el centro
de la tierra
las raíces
del amor
donde estaban
quedarán
Entre el no me olvides
me dejes nuestros abriles olvidados
en el fondo del placard
del cuarto de invitados
eran tiempos dorados
de un pasado mejor
Aunque casi me equivoco
y te digo poco a poco
no me mientas
no me digas la verdad
no te quedes callada
no levantes la voz
no me pidas perdón
Aunque casi te confieso
que también he sido un perro compañero
un perro ideal que aprendió a nadar
y a volver al hogar
para poder comer
Flaca no me claves
tus puñales
por la espalda
tan profundo
no me duelen
no me hacen mal
Lejos
en el centro
de la tierra
las raíces
del amor
donde estaban
quedarán
Imagenes Hi5

24 may 2012

Sin Preguntar

Siento que doy vueltas sin parar, Y no estas
Es solo un día más oscuro que el de atrás
Creí poderlo soportar, no entendí
Que te llevaste media vida sin pedir
Dejando el cielo a reventar
Y a mí, callando a gritos de Ansiedad

Y no estas
No te fuiste para siempre pero hoy no estas
Y me escondo de la noche sin hablar
Sin preguntar
Por que me siento en el infierno
Y te pierdo en el espejo y al Final
7 días voy despierto y sigo en altamar
Revelando de mi sueños sin hablar
Sin preguntar
por que te siento cerca y lejos
Y te pierdo en el espejo sin hablar

Siento que das vueltas sin parar, donde estas
Escribo cada pensamiento sin saber
Cuanto más tengo que caer
Y sentir que al esperarte se hace tarde para mi
Que me consumo al ir sin ti
Y ya quiero saber si te perdí

Y no estas
No te fuiste para siempre pero hoy no estas
Y me escondo de la noche sin hablar
Sin preguntar
Por que me siento en el infierno
Y te pierdo en el espejo y al Final
7 días voy despierto y sigo en altamar
Revelando de mi sueños sin hablar
Sin preguntar
Por que te siento cerca y lejos
Y te pierdo en el espejo sin hablar

Sin hablar
Sin preguntar
Por que me siento en el infierno
Y te pierdo en el espejo y al Final
7 días voy despierto y sigo en altamar
Revelando de mi sueños sin hablar
Sin preguntar
Por que te siento cerca y lejos
Y te pierdo en el espejo sin hablar

Sin preguntar
Hoy no estas
Sin preguntar

Y Si Te Quedas Que ?

Sé que estas cansada
que has tenido un día largo
y quieres apagar el mundo.

Sé que todo el día
he contado las horas
para tenerte cerca.

Sé que a veces piensas
que has equivocado
pasos en tu vida.

Sé que a veces pienso
que si no te tengo
para que mas pasos.

Sé que quiero que seas
lo primero que vea
cuando abra mis ojos.



Y si te quedas esta noche
y si me abrazas en la cama
y si encaramos por fin tantas ganas
de ser los testigos de nuestras mañanas.

Yo por mi parte estoy dispuesto
a desnudarte el pensamiento
a ser colono de cada rincón
ser tu roca y tu bien, tu final y comienzo.

Y si te quedas esta noche
y si te quedas qué?


Cuando cruces la puerta
deja atrás tus dudas
y tus remordimientos.

Para que pensar
si somos el capricho
de lo que sentimos.

Cuando te despiertes
y me veas sonriendo
va a tener sentido.

Todo el tiempo ido
que he desperdiciado
antes de estar contigo.

Solo quiero que seas
lo primero que vea
cuando abra mis ojos.



Y si te quedas esta noche
y si me abrazas en la cama
y si encaramos por fin tantas ganas
de ser los testigos de nuestras mañanas.

Yo por mi parte estoy dispuesto
a desnudarte el pensamiento
a ser colono de cada rincón
ser tu roca y tu bien, tu final y comienzo.

Y si te quedas esta noche
y si te quedas qué?
y si te exploro qué?
y si te entiendo qué?
y si te siento qué?



Y si te quedas esta noche
y si me abrazas en la cama
y si encaramos por fin tantas ganas
de ser los testigos de nuestras mañanas.

Yo por mi parte estoy dispuesto
a desnudarte el pensamiento
a ser colono de cada rincón
ser tu roca y tu bien, tu final y comienzo.

Y si te quedas esta noche
y si te quedas qué?
y si te quedas qué?
y si te quedas qué?

Desde Lejos

Pido pocas cosas, pido tu memoria,
Que tú me recuerdes de buena manera
Al pasar los días de mi calendario
Yo voy descubriendo que te quise tanto

Tanto para que no pesen los malos momentos
Muy por el contrario ya no hay más pendientes.
Todo está saldado, y si me preguntas
Yo ya hice las paces, sin arrepentimientos

Que haya luz en tu vida, yo quiero
Que te hagan feliz, yo pretendo
Sentarme y mirar desde lejos,
Que si me nombran no mires al cielo
Y que me guardes en ese rincón donde guardas
Las cosas que fueron tu sueño

Yo camino lento, masticando el tiempo
Y yo te recuerdo de buena manera.
Ya pasaron días, pronto serán años,
Y voy descubriendo que te quise tanto

Tanto y sin embargo, tuve mis errores,
Sé que algún acierto, ya no viene al caso.
Todo está saldado, y si me preguntas
Yo ya hice las paces sin arrepentimientos.

Que haya luz en tu vida, yo quiero
Que te hagan feliz, yo pretendo
Sentarme y mirar desde lejos,
Que si me nombran no mires al cielo
Y que me guardes en ese rincón donde guardas
Las cosas que fueron tu sueño

Que haya luz en tu vida, yo quiero
Que si en la calle me cruzas de nuevo,
Me sonrías y así desde lejos
Yo pueda ver que cerramos el cuento,
Y que me guardas en ese rincón donde guardas
Las cosas que fueron tu sueño.

23 may 2012

Nocturno

Estás en mí, esta noche, sin posible retorno,
sin un solo recurso que me libre de ti.

Te siento en mi cintura como un estrecho abrazo,
te siento en mi garganta, donde tiembla tu voz.

Me siguen en la noche tus ojos insondables,
ese infinito océano, oscuro y abismal.

Me envuelve tu silencio, tu indefensa ternura,
tus largos aislamientos, tu tristeza tenaz.

Me salpica la boca el chorro de tu risa,
subes en oleadas constantes por mi piel.

No puedo defenderme del calor de tus manos,
ni de tu boca triste, ni de tu claridad.

Te siento como un hierro candente en el costado,
llevo grabada a fuego la marca del amor.

Estás entre mis libros, mis antiguos papeles,
la música que amo, en mi viejo reloj.

Te enredas en mis versos, te bebes mis palabras
y todo lo que escribo te transparenta a ti.

Esta noche te siento subir por mi silencio
y siento que ya nada me queda por hablar.

No quiero que me ocupes, no quiero que me afluyas
como un río incesante de piedras y de sal.

No quiero que me envuelvas, pero tal vez lo quiero.
Tal vez ya no supiera cómo vivir sin ti.

Estás en mí, esta noche, y ya no me defiendo:
arrásame la vida y déjame morir.

Ojalá

Ojalá que te bebas mis sueños,
que mi nombre se extienda por todo tu cuerpo.

Que me pierda en tu piel de aceituna
en las lentas horas de abril y de luna.

Ojalá a mi cintura
se amarre la cinta de tu sangre oscura.

Y que por tus labios
húmedos y sabios
transiten mis besos de óxido y de llanto.

Ojalá que asciendas
por mi sangre enhiesta
con la fiebre izada como una bandera.

Aunque luego huyas.
Aunque nunca vuelvas.
Aunque torne negra
esta primavera.

Aunque yo me muera.

Omnia

Todo el dolor y toda la alegría
caben en este amor que me levanta,
que me exalta y me abaja y me adelanta
hasta ti, y me hace nueva cada día.

Cuanto tú me pidieras te daría.
Limpia dicha de darte, clara y alta,
la fuente jubilosa que me salta
en las entrañas, honda vida mía.

Yo te ofrezco mi voz enmudecida
porque tú me lo pides; si quisieras,
si el dique del silencio se rompiera,

te asombrara mi voz de tan quebrada,
a tan largo silencio acostumbrada
y en tan largo silencio enronquecida.

Penélope

No creáis mi historia:
los hombres la forjaron
para que el sacro fuego de inventados hogares
no se apagara nunca en femeniles lámparas.

No creáis mi historia
Ni yo esperaba a Ulises
Tantas Troyas y mares y distancias y olvidos…,
ni mi urdimbre de tela
desurdida de noche
se trenzaba en su nombre.

Mi tela era mi escudo,
no del honor de Ulises,
no de la insomne espera
del ya más extranjero
que los lejanos príncipes que acechaban mi tálamo.

Y si el arco de Ulises
esperaba su brazo,
es porque yo al arquero
sólo desdén profeso,
y nada me interesan sus símbolos de pureza:
sus espadas, sus arcos,
sus tremolantes cascos
y las espesas sangres
de su inútil combate.

No creáis en mi historia
Cuando volvió el ausente
me encontró defendiendo con mi ingeniosa urdimbre
mi derecho inviolable al tálamo vacío,
a la paz de mis noches,
al buscado silencio:
la soledad es un lujo que los dioses envidian.

De “Tiempo de lilas”

Primavera

Allegro
I
Ojalá que te bebas mis sueños,
que mi nombre se extienda por todo tu cuerpo.

Que me pierda en tu piel de aceituna
en las lentas horas de abril y de luna.

Ojalá a mi cintura
se amarre la cinta de tu sangre oscura.

Y que por tus labios
húmedos y sabios
transiten mis besos de óxido y de llanto.

Ojalá que asciendas
por mi sangre enhiesta
con la fiebre izada como una bandera.

Aunque luego huyas.
Aunque nunca vuelvas.
Aunque se haga negra
esta primavera.

Aunque yo me muera.
II
Se ha subvertido el orden,
la ley, lo establecido…
Las lágrimas son cifra de un gozo innominado,
el silencio es intenso mensaje estremecido,
lo que ayer importaba
ahora parece ínfimo,
el sosiego hace daño,
el placer es gemido…
Nos corona la noche de dalias y de mirto.

III
En esta amanecida inaugural y áurea
un ángel con melena llega de los pinares;
lo acerca nuestro aliento de besos y de mares
hasta el lecho de hierba donde el amor se instaura.

Nos contempla y sonríe, nos envuelve en su aura
de acuática armonía, de luz y pleamares,
anudados, febriles, confundidos, impares,
exhaustos en un ansia que la noche restaura.

Génesis de la vida súbitamente abierta
en tu carne y mi carne, en mi surco y tu arado,
invasión consentida de mi huerto sellado,

luminosa lanzada rasgando mi cintura,
muerte que siembra vida, vida que se inaugura.
Paraíso cerrado que nos abre su puerta.

Verano

Vivace
I
Tan alta era, tan alta,
la torre de tu cuerpo.

Y tan honda, tan honda,
mi raíz de misterio.

Yo no acerté a escalarla.
Tú no bajaste al fondo
profundo del deseo.

(Primavera lloraba
soledad a lo lejos)

Se levantó la noche
desde un mar de silencio.

II
Qué fulgor derramado esta luna de cera,
qué imparable este río
de mis venas abiertas
vertiéndose incesante en tu mar sin orillas.

Qué raudal de agonía
desatinada y plena,
de mi boca a tu boca,
de mi mar a tu arena.

Qué deslumbrante herida,
qué llama inapagada,
qué dulce y ardua furia de vientos anudados,
qué tierna la derrota despues de la batalla…

Oraciones De Las Muchachas

Haz que algo nos ocurra. Mira
cómo hacia la vida temblamos.
Y queremos alzarnos como
un resplandor y una canción.

Querías ser como las otras,
que en el frescor se visten, tímidas;
tu alma quería que sus cantos
cansados de muchacha, en seda
florecieran hasta las lindes
de la vida. Pero en lo hondo
de lo enfermo tuyo, una fuerza
osó echar pámpanos: brillaron
soles, y se hundieron semillas,
y lo volviste como el vino.

Y ahora estás tú, dulce y saciada
como tarde, en nosotras todas;
y sentimos cómo caemos
y nos dejas sin brillo a todas…

Mira, son tan estrechos nuestros
días, y temeroso el cuarto .
de la noche; todas deseamos
desmañadas, la rosa roja.

Debes sernos suave, María,
florecemos desde lo sangre,
tú sola puedes sabe cómo
el anhelo hace tanto daño;

tú misma has percibido este
dolor de doncella en el alma;
tiene un tacto como de nieve
navideña pero está ardiendo…

De tantas cosas, nos quedó el sentido:
precisamente de lo suave y tierno
hemos sacado un poco de saber;
como de un secreto jardín,
como de un almohadón de seda,
que se nos ha metido bajo el sueño,
o de algo, que nos quiere
con ternura desconcertante…

Por Ti, Para Que Un Día Llegaras

Por ti, para que tú un día llegaras,
¿no respiraba yo a media noche
el flujo que ascendía de las noches?
Porque esperaba, con magnificencias
casi inagotables, saciar tu rostro
cuando reposó una vez contra el mío
en infinita suposición.
Silencioso se hizo espacio en mis rasgos;
para responder a tu gran mirada
se espejaba, se ahondaba mi sangre.
¡Qué expresión fue sembrada en mi interior
para que, cuando crece tu sonrisa,
proyecte sobre ti espacio cósmico!
Pero tú no vienes, o vienes demasiado tarde.
Precipitaros, ángeles, sobre este
linar azul. ¡Segad, segad, oh ángeles!

Poema Un Día Te Tomé Entre Mis Brazos

Un día tomé entre mis manos
tu rostro. Sobre él caía la luna.
El más increíble de los objetos
sumergido bajo el llanto.
Como algo solícito, que existe en silencio,
tenía que durar casi como una cosa.
y con todo nada había en la fría noche
que más infinitamente se me escapara.
Oh, porque desembocamos en estos lugares,
se apresuran hacia la pequeña superficie
todas las ondas de nuestro corazón,
voluptuosidad y desfallecimiento,
y al fin, ¿a quién ofrecemos todo esto?
Ay, al extraño, que nos ha malentendido,
ay, a aquel otro, que nunca hemos encontrado,
a aquellos siervos, que nos han maniatado,
a los vientos de primavera, que se han desvanecido,
ya la quietud, la perdedora.

El Cuervo

I
En una noche pavorosa, inquieto
releía un vetusto mamotreto
cuando creí escuchar
un extraño ruido, de repente
como si alguien tocase suavemente
a mi puerta: «Visita impertinente
es, dije y nada más » .
II
¡Ah! me acuerdo muy bien; era en invierno
e impaciente medía el tiempo eterno
cansado de buscar
en los libros la calma bienhechora
al dolor de mi muerta Leonora
que habita con los ángeles ahora
¡para siempre jamás!
III
Sentí el sedeño y crujidor y elástico
rozar de las cortinas, un fantástico
terror, como jamás
sentido había y quise aquel ruido
explicando, mi espíritu oprimido
calmar por fin: «Un viajero perdido
es, dije y nada más ».
IV
Ya sintiendo más calma: «Caballero
exclamé, o dama, suplicaros quiero
os sirváis excusar
mas mi atención no estaba bien despierta
y fue vuestra llamada tan incierta…»
Abrí entonces de par en par la puerta:
tinieblas nada más.
V
Miro al espacio, exploro la tiniebla
y siento entonces que mi mente puebla
turba de ideas cual
ningún otro mortal las tuvo antes
y escucho con oídos anhelantes
«Leonora » unas voces susurrantes
murmurar nada más.
VI
Vuelvo a mi estancia con pavor secreto
y a escuchar torno pálido e inquieto
más fuerte golpear;
«algo, me digo, toca en mi ventana,
comprender quiero la señal arcana
y calmar esta angustia sobrehumana »:
¡el viento y nada más!
VII
Y la ventana abrí: revolcando
vi entonces un cuervo venerando
como ave de otra edad;
sin mayor ceremonia entró en mis salas
con gesto señorial y negras alas
y sobre un busto, en el dintel, de Palas
posóse y nada más.
VIII
Miro al pájaro negro, sonriente
ante su grave y serio continente
y le comienzo a hablar,
no sin un dejo de intención irónica:
«Oh cuervo, oh venerable ave anacrónica,
¿cuál es tu nombre en la región plutónica? »
Dijo el cuervo: «Jamás ».
IX
En este caso al par grotesco y raro
maravilléme al escuchar tan claro
tal nombre pronunciar
y debo confesar que sentí susto
pues ante nadie, creo, tuvo el gusto
de un cuervo ver, posado sobre un busto
con tal nombre: «Jamás ».
X
Cual si hubiese vertido en ese acento
el alma, calló el ave y ni un momento
las plumas movió ya,
«otros de mí han huido y se me alcanza
que él partirá mañana sin tardanza
como me ha abandonado la esperanza »;
dijo el cuervo: «¡Jamás! »
XI
Una respuesta al escuchar tan neta
me dije, no sin inquietud secreta,
«Es esto nada más.
Cuanto aprendió de un amo infortunado,
a quien tenaz ha perseguido el hado
y por solo estribillo ha conservado
¡ese jamás, jamás! »
XII
Rodé mi asiento hasta quedar enfrente
de la puerta, del busto y del vidente
cuervo y entonces ya
reclinado en la blanda sedería
en ensueños fantásticos me hundía,
pensando siempre que decir querría
aquel jamás, jamás.
XIII
Largo tiempo quedéme así en reposo
aquel extraño pájaro ominoso
mirando sin cesar,
ocupaba el diván de terciopelo
do juntos nos sentamos y en mi duelo
pensaba que Ella, nunca en este suelo
lo ocuparía más.
XIV
Entonces parecióme el aire denso
con el aroma de quemado incienso
de un invisible altar;
y escucho voces repetir fervientes:
«Olvida a Leonor, bebe el nepenthes
bebe el olvido en sus letales fuentes »;
dijo el cuervo: «¡Jamás! »
XV
«Profeta, dije, augur de otras edades
que arrojaron las negras tempestades
aquí para mi mal,
huésped de esta morada de tristura,
dí, fosco engendro de la noche oscura,
si un bálsamo habrá al fin a mi amargura »:
dijo el cuervo: «¡Jamás! »
XVI
«Profeta, dije, o diablo, infausto cuervo
por Dios, por mí, por mi dolor acerbo,
por tu poder fatal
dime si alguna vez a Leonora
volveré a ver en la eternal aurora
donde feliz con los querubes mora »;
dijo el cuervo: «¡Jamás! »
XVII
«Sea tal palabra la postrera
retorna a la plutónica rivera,»
grité: «¡No vuelvas más,
no dejes ni una huella, ni una pluma
y mi espíritu envuelto en densa bruma
libra por fin el peso que le abruma! »
dijo el cuervo: «¡Jamás! »
XVIII
Y el cuervo inmóvil, fúnebre y adusto
sigue siempre de Palas sobre el busto
y bajo mi fanal,
proyecta mancha lúgubre en la alfombra
y su mirada de demonio asombra…
¡Ay! ¿Mi alma enlutada de su sombra
se librará? ¡Jamás!

¿deseas Que Te Amen?

¿Deseas que te amen? No pierdas, pues,
el rumbo de tu corazón.
Sólo aquello que eres has de ser
y aquello que no eres, no.
Así, en el mundo, tu modo sutil,
tu gracia, tu bellísimo ser,
serán objeto de elogio sin fin
y el amor… un sencillo deber.

EL RETRATO DE LA AMADA

Ella es así: la frente marfileña,
a sol bruñidos los cabellos de oro,
y dichoso compendio del sonoro
brazo de un arpa la nariz risueña.
Su perfil reproduce el de fileña
concha de mar en que durmió un tesoro,
y los hombros, de helénico decoro,
son dignos de un reposo de cigüeña.
Es tan blanca, que a veces se confunde
su cuerpo con la luz. en lo que mira
una instantánea castidad infunde;
a su lado inocencia se respira,
y en conjunto feliz ella refunde
nieve, perla, ave, flor, ángel y lira.
***
Ella es así: por donde pasa deja
de subyugante sencillez la nota;
cada expresión que de sus labios brota
algún móvil purísimo refleja.
Nunca turba su voz áspera queja;
nunca innoble pesar su alma denota;
donde impera la sed, ella es la gota;
donde falta el panal. ella es la abeja.
La intimidad de los jardines ama;
ingenua devoción le inspira el arte
que en el dolor de sus bálsamos derrama.
Cual pan de Dios la comprensión reparte;
si dicha no le doy no la reclama,
mas si alguna le dan, tengo mi parte.

Herem









 Así dijo en la noche, desolado, el viajero:
vengo de las diversas comarcas del amor;
crucé por muchas almas y en todas fui extranjero;
de todas salí siempre con fatiga y dolor.
Vi en los ojos más claros un mirar traicionero,
y en las bocas más frescas hallé el mismo sabor;
no hubo brazos capaces de hacerme prisionero,
ni carnes que temblaran con un nuevo temblor.
De una mujer en otra fui pasando y en cada
una dejé una parte de mi vida inmolada…
Ya no tengo que darles ni espero que me den.
Sólo con los amores que he soñado me quedo,
y con el tuyo ¡oh muerte! aunque me causa miedo
que tus labios destilen sólo tedio también.
.

Sobre el cadaver amor

Sobre el cadáver AMOR
Por: Esteban del Pliar Arriola
La alborada con su firmeza
Busca en un fuelle entrar
Pero ligero y  muy tenaz.
El rotundo dolor voraz.
La palabra es la condena.
Del que en condena llora.
Cuando no quiere pelear.

Pero sin sueño, sin llegar.
En un río más profundo.
La carnada de alucinación
Se encuentra en un rincón.
Derramando lágrima clara.
Amor que cuesta tanto
Cuando a su vez no vale nada.

Prestigio de esta hazaña.
Pelando por tanto y nada.
Que nada cuesta en el mundo.
Que encontrar el amor.
Se marchita la dura flor.
En un jardín tan fecundo.
Del que florece moribundo.

Por caprichos de una mente.
Capaz de entregar el alma
Cuando cuesta en tu vida
Saber que por tanto haga.
A semejante, conforme a nada,
Le conforma que te bayas.
Sin el beso de despedida.

Sobre tu frente la herida
Tristeza que de alegrías.
Un día estuvieron  llenas.
Hoy te queda la fuerte pena.
Trajinando esta simple vida
En el que tanto cuesta vivir.
Tan solo… para morir.

Tantas veces de dolor
Muere el alma de fiebre.
Y sobre el cadáver amor.
No cae una linda flor.
Hasta que no vuelve a vivir.
Y cuando el amor resucita.
Tan linda es esa florcita.
Que nunca espera su fin.

22 may 2012

Balcón al mar

Llego a tus costas
como al reverso menos cruel de la moneda
y tengo todo el tiempo para amarte
aunque el amor no sea más que alguna carta
a veces una espera.
Me desvisto en el muelle
me deslumbro
tiendo mi mano para hallar otra respuesta
y allí estás tú
allí vuelvo a encontrarte
toda tu firma voluntad sobre mis huesos.
La Habana
al otro lado
es una mancha
una extensa muchacha de luces en la espalda
siempre llena de veredas y centauros.
Porque no soy igual a los demás es que te amo
cuando la muerte es una rosa de los vientos
un golpe de suerte
una limpia palmada sobre el hombro.
Porque no soy igual a los demás es que te canto
que asciende mi canción buscando un puerto
un balcón frente al mar
donde dejar mi mano
donde dejar toda mi voz a buen recaudo
sobre el reverso menos cruel de la moneda.
 

Valse nocturno

En la paz de la alcoba sosegada,
bajo la media noche en agonía,
llega a mí, desde incierta lejanía,
una llorona música olvidada.
Entra en mi corazón como una alada
saeta de letal melancolía,
porque recuerdo que cuando eras mía,
si algo nos supo unir fue esa tonada.
El vals - lírica flor que se deshoja-
se va apagando al fin y una congoja
mortal deja en la noche difundida...
Yo un infinito desamparo siento,
y es que a veces un vals que va en el viento,
¡suele ser, más que un vals, toda una vida!

Tus ojos

Estábamos a solas en el parque silente
la tarde en desmayadas medias tintas moría,
y era tal el encanto que en las cosas había
que daban como ganas de besar el ambiente.
Primavera llegaba y el retoño incipiente
-anuncio placentero de la flor- verdecía,
y el alma contagiada del milagro del día,
florecía lo mismo que el jardín renaciente.
Ella escrutaba el cielo con fijeza tan honda,
que el verdor transparente de sus ojos letales
tomó de pronto un verde sensitivo de fronda.
Yo la miré y ansioso de halagar sus antojos,
la dije ante los tiernos brotes primaverales:
-Esta vez ha empezado la estación en tus ojos.

Tu palidez

Tu noble palidez forma tu encanto:
es como aquella palidez extraña
del lirio matinal de la montaña
que al reflejo del sol sufre quebranto.

A veces logra esclarecerse tanto
que tu sutil respiración la empaña,
y otras adquiere, si la luz la baña,
la transparencia rútila del llanto.

Todo en mí se ilumina al contemplarte,
y, arrobado en tu faz, pienso que alguna
noche la luna te nevó al mirarte,

o que por rara y singular fortuna,
sintiéndose mujer, quiso imitarte
y osó tomar tu palidez la luna.

Tu boca

Escollo de buriles y pinceles,
es tu boca una vívida granada
que pide, tentadora y encarnada,
un beso audaz que la disuelva en mieles.

Cuando a la risa abandonarte sueles,
difunde en rededor tu carcajada
el grato olor a fruta sazonada
que hay en la intimidad de los vergeles.

Es abreviada gruta de frescura,
constreñido paréntesis de flores,
animado jardín en miniatura.

La besara con férvido embeleso
para sentir, muriéndome de amores,
la eternidad en lo fugaz de un beso.

Silueta

Es tierno su mirar; su voz discreta;
del bohemio vivir tiene el encanto
y en el rostro de nácar el quebranto,
la marchitez de lánguida griseta.

Ilusiona mi vida y la completa,
y, una con mi sentir, canta si canto;
y si me ve llorar, corre su llanto
por mi abatida frente de poeta.

Ama todo lo que amo; el silencioso
vagar nocturno; el organillo errante,
el barrio extremo; el cafetín dudoso,

sólo ignora una cosa: su belleza,
y recibe, con plácido semblante,
el regalo casual de mi pobreza.

Redes y sueños









Tejedora incansable que en la noche y el día,
tejes calladamente las más gráciles mallas,
dime: ¿en el ritmo lento de tus labores hallas
alguna consonancia con tu melancolía?
¿Los hilos que se engarzan con sutil armonía
van fijando en la tela los ensueños que callas?
¿Se parece el recuerdo tenaz con que batallas
al vaivén perezoso de la aguja tardía?
Tejedora incansable: su labor es la de una
araña que hace redes, como gasas de luna,
para encantar las horas entre encajes sedeños.
Y yo soy cual la araña -de tus manos gemela-;
yo también vivo hilando, como sobre una tela,
sobre el dolor sumiso de la vida mis sueños.

Obsesión

Nunca te encontraré; nunca a mi lado
veré fulgir tu cándida silueta,
novia de mis ensueños de poeta,
que a través del vivir tánto he buscado.

Con insistente afán alucinado,
bajé a la sima y ascendí a la meta,
y en ninguna mujer te hallé completa:
en todas ¡ay de mí! te he eqnivocado.

Ya no te busco. ¿Para qué? Vendrías,
envuelta en engañosas fantasías,
a darme la ilusión de que ella eres,
mas al tocar tu frágil hermosura,
sentiré renovarse la amargura
que en mí dejaron las demás mujeres.

Las manzanas del Edén (fragmento)



Las manzanas del Edén (fragmento)
A ti viciosamente me encadena,
tu cuerpo insano en que la muerte aspiro:
eres sierpe o mujer, hada o vampiro,
o ángel con maleficios de sirena?
Da sopor como un vino tu melena;
quema como una brasa tu suspiro;
tu beso, que es voraz, quita el respiro,
y tu aliento, que es de áspid, envenena.
En el lecho te ciñes a quien te ama,
convulsa y frenética, lo mismo
que a seco tronco enardecida llama.
Y cuando amor en tus entrañas siembra,
se siente un frío vértigo de abismo
sobre el abismo de tus muslos de hembra.

Iniciación

Sobre el busto de mármol se contornan los senos,
y apartando con nimias complacencias la bata,
succiono los erguidos pezones de escarlata:
pomos donde se acendran invisibles venenos.
Ella ciñe los muslos, vigorosos y plenos,
donde el sexo apremiado se defiende y recata,
mientras se contorsiona con lujurias de gata,
al roce de mis labios que la exploran obscenos.
A un desmayo de toda su belleza vibrante,
logra mi mano intrusa desligar un instante
de sus piernas esquivas el frenético nudo.
Y de todas mis ansias en el ímpetu ciego,
busco el cáliz virgíneo de su cuerpo desnudo,
y a una lenta tortura de puñales le entrego.

Idilio columbino

Sobre el techo rojizo de la iglesia aldeana
se congregan en corte las palomas. El día
confunde con el d'ellas su blancor: se diría
que milagrosamente las brotó la mañana.
De súbito, ascendiendo, la legión se desgrana
en un vuelo vibrante que en el éter se amplía,
para tomar con una cadenciosa armonía
bajo la rutilante claridad meridiana.
Vibra el soplo fecundo del amor. El palomo
ronda a su compañera, que se le postra, como
dócil cojín de plumas que la luz tornasola.
Como al solio un monarca, sube en ella de un paso
y busca el sexo esquivo, desplegando la cola
a manera de un lúbrico abanico de raso.

Grito de amor

Qué demencia, con soplo arrebatado,
me impulsa a ti en un vértigo? Lo ignoro,
sólo sé que te ansío, que te adoro,
y que en ti el universo he compendiado.

Tu hechizante beldad brilló a mi lado
y no la supe ver; perdí el tesoro
de tu belleza espléndida; y hoy lloro
la infausta ceguedad de mi pasado.

Mejor así: te ennobleció la vida
en la cruz del pesar, y al encontrarte
te siento a mí por el dolor unida.
Hago de tu dolor sangre del arte,
y te amo con amor cuya medida
se extiende al tiempo que dejé de amarte.

Éxtasis

En la noche de enero plenamente estrellada,
como acaso en los siglos no lo ha sido ninguna,
parecían los cielos constelados de luna,
florestas por donde iba pasando una nevada.

Era un lecho de bodas la tierra perfumada;
propicio era el silencio; la paz era oportuna;
mas la noche inspiraba tal arrobo, que ni una
vez osaron mis labios besar los de la Amada.

Unción ultraterrena de dos almas; delicia
de dos seres que, a solas, eluden la caricia
y que juzgan sacrílego contemplarse un momento.
Noche, de tan hermosa, noche casi imposible,
en la que era su carne, cual la luz, intangible,
y puro, cual los astros, era mi pensamiento.

Espasmo

Después de que con lúbrico recreo
ávidos besos en tu boca imprima,
como quien logra ambicionada cima
te escalaré en la fiebre del deseo.
Buscaré el montecillo de Himeneo
donde celoso musgo lo escatima,
y en contubernio de tu carne opima
llegaré del deleite al apogeo.
Pasado el lujurioso escalofrío,
sentiré ante tu carne poseída
odio a tu cuerpo, repugnancia al mío;
y también la congoja repetida
de ver que sólo a destilar hastío
se abre, mujer, tu impenitente herida.

Elogio primaveral

Estábamos a solas en el parque silente
la tarde en desmayadas medias tintas moría,
y era tal el encanto que en las cosas había
que daban como anhelos de besar el ambiente.

Primavera llegaba y el retoño incipiente
-anuncio placentero de la flor- verdecía
y el alma contagiada del milagro del día
florecía lo mismo que el jardín renaciente

Ella escrutaba el cielo con fijeza tan honda
que el verdor transparente de sus ojos cordiales
transformóse en un verde sensitivo de fronda.

Yo la miré y ansioso de halagar sus antojos,
la dije ante los tiernos brotes primaverales:
esta vez ha empezado la estación en tus ojos.

El tesoro

Dos columnas pulidas, dos eternas
columnas que relucen de blancura,
forja la línea irreprochable y pura,
como trazada en mármol, de tus piernas.
Con qué noble prestigio las gobiernas
cuando al marchar, solemne de hermosura,
imprimes a tu cuerpo la segura
majestad de las Venus sempiternas.
Y cuando, inmóvil, luminosa y alta,
en desnudez olímpica te ofreces,
entre tus muslos de marfil resalta,
como una sombra, el bosquecillo terso
de ébano y seda, bajo el cual guarneces
el tesoro mejor del universo.

El secreto

Guardo en mi triste corazón inquieto
un recóndito amor. Nadie lo ha visto
ni lo verá jamás, pues lo revisto
-para hacerlo más mío- del secreto.
Ella lo inspira en mí, pero discreto
nunca lo nombro ni en mirarla insisto
cuando, por un feliz don imprevisto,
de su vago mirar soy el objeto...
Callada vive en mis ensueños como
en virgen concha adormecida perla,
o leve aroma en repulido pomo.
Y si presiento en mi inquietud perderla,
a el alma bajo y con temor me asomo,
para poder, sin que me miren, verla.

El retrato de la amada

Ella es así: la frente marfileña,
a sol bruñidos los cabellos de oro,
y dichoso compendio del sonoro
brazo de un arpa la nariz risueña.
Su perfil reproduce el de fileña
concha de mar en que durmió un tesoro,
y los hombros, de helénico decoro,
son dignos de un reposo de cigüeña.
Es tan blanca, que a veces se confunde
su cuerpo con la luz. en lo que mira
una instantánea castidad infunde;
a su lado inocencia se respira,
y en conjunto feliz ella refunde
nieve, perla, ave, flor, ángel y lira.
***
Ella es así: por donde pasa deja
de subyugante sencillez la nota;
cada expresión que de sus labios brota
algún móvil purísimo refleja.
Nunca turba su voz áspera queja;
nunca innoble pesar su alma denota;
donde impera la sed, ella es la gota;
donde falta el panal. ella es la abeja.
La intimidad de los jardines ama;
ingenua devoción le inspira el arte
que en el dolor de sus bálsamos derrama.
Cual pan de Dios la comprensión reparte;
si dicha no le doy no la reclama,
mas si alguna le dan, tengo mi parte.

El nido

Cuando llegué a tus brazos, mi corazón rendido
venía del desierto de una pena tenaz;
tus brazos eran tibios y muelles como un nido,
y en ellos me ofreciste la blandura y la paz.

Con flatiga del mundo, con nostalgia de olvido,
escondí entre tus senos perfumados la faz,
y me quedé sobre ellos dulcemente dormido,
como un niño confiado sobre un valle feraz.

Quiero que así transcurra la vida que me resta
por vivir: sin anhelos, sin dolor, sin protesta,
sintiendo que tú encarnas mi insa,ciado ideal.
y cuando ya la muerte se llegue cautelosa,
pasar, como en un sueño, de tus brazos de rosa,
a los brazos solemnes de la noche eternal.

Edén de los edenes

En la grata penumbra de la alcoba
todo, indecisamente sumergido
y ella, desmelenada en el mullido
y perfumado lecho de caoba;
tembló mi carne enfebrecida y loba,
y arrobeme a su cuerpo repulido
como un jazminero florecido
una alimaña pérfida se arroba;
besé con beso deleitoso y sabio
su palpitante desnudez de luna
y en insaciada exploración, mi labio
bajo al umbroso edén de los edenes
mientras sus piernas me formaban una
corona de impudor sobre las sienes....

Eclipse

En medio a mis congojas, en mitad de mi hastío,
tu recuerdo lejano, tu recuerdo clemente,
vino, desde las sombras, a posarse en mi frente
y a decirme que aún vive nuestro amor, amor mío.

Perdóname! La culpa del injusto desvío
fue del hombre que sueña, no del hombre que siente.
Míra: puede en su rumbo desviarse la corriente
pero la imagen sigue reflejada en el río.

Tu recuerdo en mi alma se nubló como aquella
lumbre de los luceros que en la noche callada
se eclipsa si las nubes se detienen ante ella.
Mi olvido fue una nube que ya va de partida,
y tu amor es la estrella que un momento eclipsada
sigue irradiando inmóvil en lo azul de mi vida.

Dualidad fatal

Cuando se daba entera a mi albedrío,
muchas veces salí de entre sus brazos
con mi pobre ilusión hecha pedazos
y con el corazón turbio de estío.
Y hoy que, por propio o por fatal desvío,
de otro amor se adormece en los regazos,
como quisiera renovar los lazos
de aquel amor que me atedió por mío.
Oh dualidad entre infernal y loca:
padecí taciturno desaliento
siempre que un beso desfloré en su boca.
Y cuando ajena a mi ansiedad la siento,
dar la vida y el alma me provoca
por besarla otra vez sólo un momento.

Dedicatoria

En un ejemplar de Para leer en la tarde

Gasté la ilusa juventud primera
esperando un amor que nunca vino,
y a la sombra de un árbol del camino,
me senté a ver morir la primavera.

¡Qué triste ocaso el que a mi vida espera!
pensaba ante el avance vespertino;
mas repentinamente hubo un divino
florecimiento en mi ánima: Ella era...

Eras tú que venías. Y este libro,
en el que a todos los anhelos vibro,
es mi ayer; es un parque abandonado
donde duermen en paz viejos amores.
¡Pasa cantando y deshojando flores
sobre las hojas secas del pasado!
 

De bohemia

Noche invernal. En torno de la mesa
transcurre humildemente la velada;
ella calla y me mira; en su mirada
tiembla su corazón hecho promesa.

Callo también y sueño. Me embelesa
la quietud de este cuarto de barriada
en que vivo una hora, sazonada
con mieles de pecado y de sorpresa.

Un abandono lánguido me embarga,
pues en la noche embrujadora olvido
del diario afán la pequeñez amarga,
y porque en el silencio y a su lado,
gozo un minuto libre, en el florido
regazo del azar y del pecado.

Amor errante

Así dijo en la noche, desolado, el viajero:
vengo de las diversas comarcas del amor;
crucé por muchas almas y en todas fui extranjero;
de todas salí siempre con fatiga y dolor.

Vi en los ojos más claros un mirar traicionero,
y en las bocas más frescas hallé el mismo sabor;
no hubo brazos capaces de hacerme prisionero,
ni carnes que temblaran con un nuevo temblor.

De una mujer en otra fui pasando y en cada
una dejé una parte de mi vida inmolada...
Ya no tengo que darles ni espero que me den.
Sólo con los amores que he soñado me quedo,
y con el tuyo ¡oh muerte! aunque me causa miedo
que tus labios destilen sólo tedio también.

A una onda

Onda del mar, padezco tu inquietud: a tu modo
vibro, sollozo, canto, me agito sin cesar;
como tú no hallo nunca concreción ni acomodo,
como tú sufro el signo turbulento del mar.

Caprichosos, volubles, inconformes con todo,
cambiamos, sin que cambie nuestra vida al cambiar;
¿dóndé estará la playa, dónde estará el recodo
traaquilo en que podamos sin morir reposar?

La lumbre te embellece con un prisma risueño,
cual sonrosan mi alma la ilusión y el ensueño,
mas tu prisma y mi sueño son mentira no más.
¿Quién sospecha tus rumbos? ¿Quién mis dudas resuelve?
Tú eres lo que en la orilla dice adiós y no vuelve...
Yo lo que al despedirse no ha de volver jamás.

21 may 2012

EL AMOR

 
 
 
 
Entre el corazón perdido de un valle recién granado,
entre la jara florida y el contacto amable de tus manos,
hallé una senda de piedra bordada en romero
y en margaritas de mayo.
... y tras la senda escondida,  con los olores de antaño,
bajo el hogar que quisiste entonces y dibujaste despacio,
mi corazón se hizo un hueco cuando besaste mis labios.

El significado de los Nombres



Origen: Griego

Significado: Coja


Festividad: 18 de Marzo y 27 de Diciembre


Personalidad: Posee un gran talento artístico. Por medio de la estética persigue sentimientos mágicos. Ni el desánimo, ni el desaliento frenan la consecución de sus metas sentimentales. Su sociabilidad está sometida al imperativo de la afinidad sentimental para poder ser expresada. Cuenta con muy buenas bazas para conseguir que sus aspiraciones se conviertan en realidad.

20 may 2012

Si tú me olvidas

Quiero que sepas
una cosa.

Tú sabes cómo es esto:
si miro
la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco
junto al fuego
la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el viento de banderas
que pasa por mi vida
y te decides
a dejarme a la orilla
del corazón en que tengo raíces,
piensa
que en ese día,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.

Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.

Sed de inmortalidad

Me siento fuera de sentido,
lloro, me aflijo y pienso,
digo y recuerdo:
�Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera!...
�Vaya yo donde no hay muerte,
donde se alcanza victoria!
Oh, si nunca yo muriera,
si nunca desapareciera..
.

la vida

¡Qué alegría, otro día viva! - De LasPequeñasCosas de todos los días son las grandes cosas que tenemos ❤️