He tratado de capturar el jade de la esperanza,
al ímpetu de las olas reventándose en el mar,
a los rayos de oro del sol empezando a despertar,
a tu amor en eclipse por un huracán de besos.
He tratado de capturar los colores del arcoíris,
a los secretos ocultos en el cielo bicolor;
al tapiz escarchado que engalana las noches;
al blanco inmaculado de la luna llena,
a un cachito de eclipse del sistema solar,
y encontrar en la menta de tus labios
el néctar de las rosas para poder amarte más.
He tratado de capturar a las montañas y los lagos,
a los ríos, las riberas y al susurrante viento;
al níveo marfil que cubriendo está los Alpes,
a un jardín floreciendo en el árido desierto.
He tratado de capturar la seducción de las letras,
la lira de los versos y cada pensamiento
en la mente de un poeta…
y en la travesía que agobia al intelecto,
atrapar con prisa la velocidad del tiempo;
junto con la ostra que cultiva en su seno,
la perla perfecta de una sonrisa maestra.
He tratado de capturar la pasión ardiente
del cuerpo de mi amado;
agarrar al rey de la corona de oro con más de mil rubíes;
y en un beso mis sublimes pensamientos
para poder entregarte mi alma con el corazón abierto.
al ímpetu de las olas reventándose en el mar,
a los rayos de oro del sol empezando a despertar,
a tu amor en eclipse por un huracán de besos.
He tratado de capturar los colores del arcoíris,
a los secretos ocultos en el cielo bicolor;
al tapiz escarchado que engalana las noches;
al blanco inmaculado de la luna llena,
a un cachito de eclipse del sistema solar,
y encontrar en la menta de tus labios
el néctar de las rosas para poder amarte más.
He tratado de capturar a las montañas y los lagos,
a los ríos, las riberas y al susurrante viento;
al níveo marfil que cubriendo está los Alpes,
a un jardín floreciendo en el árido desierto.
He tratado de capturar la seducción de las letras,
la lira de los versos y cada pensamiento
en la mente de un poeta…
y en la travesía que agobia al intelecto,
atrapar con prisa la velocidad del tiempo;
junto con la ostra que cultiva en su seno,
la perla perfecta de una sonrisa maestra.
He tratado de capturar la pasión ardiente
del cuerpo de mi amado;
agarrar al rey de la corona de oro con más de mil rubíes;
y en un beso mis sublimes pensamientos
para poder entregarte mi alma con el corazón abierto.
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