Te toco con mis labios,
mi cerebro añora tus movimientos
tus infinitos lugares placenteros.
Recuerda tus ojos, verde oliva, tu pupila iluminada
de mi presencia.
La exalación de tu vida en cada sorbo de aire.
Estabas a mi lado, mis dedos
rozaban tu cuerpo, mi lengua
lamia cada herida de tu alma.
Y ahora, la distancia es eterna.
Desamor, dolor profundo
distancia abismal.
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