4 abr 2012

LAS ESPINA Y SU HIERBA

Tú, una brizna de hierba
en un campo de amapolas.
Yo, una espina entre espinas
de una buganvilla sola
que muere por tu frescura
a la sombra de una roca.

Tú, un sueño en la inmensidad
de todos los sueños.
Yo, un recluso entre reclusos
dispuesto a morir por tus huesos,
por tu clorofila,
por tu verde cuerpo.

No te apures, hierba mía,
que la vista no te ciegue,
regálate a ras del suelo
pero déjame quererte,
desde la altura de la nada
hasta el llano de tus simientes.

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