16 may 2012

HOMBRE DEL PUERTO

Vendo y compro placer
a los hombres que vienen
o van del mar o de la tierra.
Vendo y compro placer
de ése que no compra ni vende:
regala.
Vendo y compro placer
en cualquier esquina de esta ciudad majestuosa
donde en un bar, una escuela;
una iglesia o un atrio frontal,
un cuarto de hotel, motel u hostal
encuentro la satisfacción hecha un manjar.

Vendo y compro placer
por cualquier céntimo de peso o dólar;
la gracia es pagar por ti o por mí
pero en nuestra alcoba.

Vendo y compro placer
huyendo de toda atadura sentimental
aquí no hay devolución
ni mercancía caducada
no hay precios bajos permanentes
no hay ofertas
ni libres de aranceles.

Lo que compro y lo que vendo
sólo dura lo que dura dura
justo en su momento.

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