20 may 2012

La Abadesa

Por el jardín paseaba la Abadesa
Leyendo una oración de su breviario
Sus ojos eran de un azul turquesa,
Su tez como el marfil de su rosario.

Así cruzaba la divina obsesa,
Defendida de un mal imaginario,
Por aquel corazón que su pureza
Bordara en su bendito escapulario.

Junto a la hoja sagrada que leía,
Tierna recordación, simbolizada
En una seca flor la entristecía.

Cesó su labio de moverse en rezo,
Su pena se vertió cristalizada,
Y en la cruz y en la flor puso su beso.

Tus Ojos

Tus ojos son la patria del relámpago y de la lágrima,
silencio que habla,
tempestades sin viento, mar sin olas,
pájaros presos, doradas fieras adormecidas,
topacios impíos como la verdad,
o toño en un claro del bosque en donde la luz canta en el hombro de un árbol y son pájaros todas las hojas,
playa que la mañana encuentra constelada de ojos,
cesta de frutos de fuego,
mentira que alimenta,
espejos de este mundo, puertas del más allá,
pulsación tranquila del mar a mediodía,
absoluto que parpadea,
páramo.

ABRE LAS PIERNAS, AMOR MÍO.

Abre las piernas, amor mío.
Tu voz rozando mi cuello, mis pezones,
mi bajo vientre acongojado por el amor,
se cuela entre los pliegues de mi sexo,
húmedo y estremecido sexo del encuentro.
Abre las piernas, amor mío,
abre esas piernas, hembra mansa,
da un paso más, olvídate de ti.
El viento se detiene en el vértigo,
arranca mi piel en destellos de luz.
Cuando regreso, despeinada y maltrecha,
me sonríes desde la blancura de una página.
Abre las piernas, amor mío,
abre las piernas como para volar,
abre las piernas, amor mío,
demos un paso más…


 
Que las estrellas rodantes. Que la pasión
Que los dulces de fresa Que tus labios a medianoche
Que las arandelas del sueño por donde pasa tu amor
Que yo desnudo a tu lado
Que el frescor de la mañana de domingo Que nada
Que es mentira
Que el calor de tu sexo como alud salvaje
Que me olvides Que apenas tienes valor para mirarme a
Los ojos Que te marchas Que jamás podrás hallar la puerta
sino   en la maraña de mis brazos.

DESPEGUE



Desde la terraza del aeropuerto
veo a este avión enorme rodar hacia la cabecera
de la pista
su lenta y programada marcha
de gran insecto que con fría majestad
arrastra sus alas gigantescas
y su trepidante tabaco que inclinado
sobre los testículos de sus dos ruedas traseras
semeja un miembro en erección
listo para abrir la herida del infinito

DE TU PIEL A LA ETERNIDAD




 Mi caverna húmeda
tibia silenciosa
es tu guarida perfecta
tiemblo ante tus dedos de mago
que horadan uno a uno
los filones hambrientos de mi cuerpo
me prendo como alga marina
a tu embravecido mar
pueblas mis entrañas
con tu semen de fiesta
tu respiración
vuela dentro de mí
de tu piel…
a la eternidad

CUERPO A LA VISTA


 Y las sombras se abrieron otra vez y mostraron un cuerpo:
tu pelo, otoño espeso, caída de agua solar,
tu boca y la blanca disciplina de sus dientes caníbales, prisioneros en llamas,
tu piel de pan apenas dorado y tus ojos de azúcar quemada,
sitios en donde el tiempo no transcurre,
valles que sólo mis labios conocen,
desfiladero de la luna que asciende a tu garganta entre tus senos,
cascada petrificada de la nuca,
alta meseta de tu vientre,
plata sin fin de tu costado.
tus ojos son los ojos fijos del tigre
y un minuto después son los ojos húmedos del perro.
Siempre hay abejas en tu pelo.
Tu espalda fluye tranquila bajo mis ojos
como la espalda del río a la luz del incendio.
Aguas dormidas golpean día y noche tu cintura de arcilla
y en tus costas, inmensas como los arenales de la luna,
el viento sopla por mi boca y su largo quejido cubre con sus dos alas grises
la noche de los cuerpos,
como la sombra del águila la soledad del páramo.
Las uñas de los dedos de tus pies están hechas del cristal del verano.
Entre tus piernas hay un pozo de agua dormida,
bahía donde el mar de noche se aquieta, negro caballo de espuma,
cueva al pie de la montaña que esconde un tesoro,
boca del horno donde se hacen las hostias,
sonrientes labios entreabiertos y atroces,
nupcias de la luz y la sombra, de lo visible y lo invisible
(allí espera la carne su resurrección y el día de la vida perdurable)
Patria de sangre,
única tierra que conozco y me conoce,
única patria en la que creo,
única puerta al infinito.

LAS MIL Y UNA NOCHE



¡Oh mezcla admirable reunida en tu hermosura! Al ver tu glorioso rostro bañado en el agua de la belleza, ¿quién podría olvidar su radiante esplendor?
¡Te ven mis ojos compuesta preciosamente de rubíes en toda una mitad de tu cuerpo encantador, de perlas en la tercera parte, de almizcle negro en la quinta parte y de ámbar en la sexta parte, oh toda dorada!
¡Entre las vírgenes nacidas de la Eva primera, y entre las bellezas que habitan los múltiples jardines de los cielos, no hay ninguna que pueda compararse contigo!
¿Quieres darme la muerte? ¡No me perdones! ¡Otras muchas víctimas hizo el amor! ¡Y si quieres volverme a la vida, baja hacia mí tus ojos!, ¡oh, ornato del mundo!

ACABAR EN TI

Quiero sentir como el desvanecimiento de mi luna
acaricia tu alma,
cómo late mi corazón en tus sienes
y cómo se mezcla nuestra realidad cotidiana
para convertir tus mejores sueños
en furtivas gotas de placer.
Quiero enseñarte el camino del cansancio,
atravesar lentamente tus muros
y derribar la murralla de tu piel
para inmortalizar mis delirios
con tu risa corpórea y suave.
Déjame bañarte de lujuria con mi boca,
hacer una rebelión de amor con tus hormonas,
aspirar el aroma de tu pecho
y demostrarte cuánto te amo con la fatiga de mi cuerpo.”

RETRATO DE MUJER

Siempre estará la noche, mujer, para mirarte cara a cara,
sola en tu espejo, libre de marido, desnuda
Te juré no escribirte; por eso estoy llamándote en el aire
para decirte nada, como dice el vacío: nada, nada,
sino lo mismo y siempre lo mismo de lo mismo
que nunca me oyes, eso que nunca me entiendes nunca,
aunque las venas te arden de eso que estoy diciendo.

Ponte el vestido rojo que le viene a tu boca y a tu sangre,
y quémame en el último cigarrillo del miedo
al gran amor, y vete descalza por el aire que viniste
con la herida visible de tu belleza. Lástima
de la que llora y llora en la tormenta.

No te me mueras. Voy a pintarte tu con la exacta y terrible realidad del gran vértigo
que te destruye. Siempre vas a tener tu noche y tu cuchillo,
y el frívolo teléfono para escuchar mi adiós de un solo tajo.

rostro en un relámpago
tal como eres: dos ojos para ver lo visible y lo invisible,
una nariz de arcángel y una boca de animal, y una sonrisa
que me perdona, y algo sagrado y sin edad que vuela en tu frente,
mujer, y me estremece, porque tu rostro es rostro del Espíritu.

Vienes y vas, y adoras al mar que te arrebata con su espuma,
y te quedas como inmóvil, oyendo que te llamo en el abismo
de la noche, y me besas lo mismo que una ola.
Enigma fuiste. Enigma serás. No volarás
conmigo. Aquí mujer, te dejo tu figura . 

LEDA




 El cisne en la sombra parece de nieve;
su pico es de ámbar, del alba al trasluz;
el suave crepúsculo que pasa tan breve
las cándidas alas sonrosa de luz.
Y luego, en las ondas del lago azulado,
después que la aurora perdió su arrebol,
las alas tendidas y el cuello enarcado,
el cisne es de plata, bailado de sol.
Tal es, cuando esponja las plumas de seda,
olímpico pájaro herido de amor,
y viola en las linfas sonoras a Leda,
buscando su pico los labios en flor.
Suspira la bella desnuda y vencida,
y en tanto que al aire sus quejas se van
del fondo verdoso de fronda tupida
chispean turbados los ojos de Pan.

la vida

¡Qué alegría, otro día viva! - De LasPequeñasCosas de todos los días son las grandes cosas que tenemos ❤️