Los años de mi vida, flotan alrededor de las estrellas,
en ellas hice nido risueño, donde dormimos,
donde amamos hasta la saciedad, sin reparos, sin tapujos,
sin más testigos que nuestro amor y mis lágrimas...
No habrá más sábanas arrugadas, ni sueños rotos,
la noche nos arropó, nos sentimos fuertes, poderosos,
nunca fuimos tan hermosos.
Te besé con beso deleitoso y loco,
tembló tu cuerpo enfebrecido… lobo,
penetrante humedad envuelve el paraje de mis sueños,
manantiales lejanos retumban en el cielo,
cuando al fin, esta noche,
sin recelo, pronuncias mi nombre y un “te quiero”…
unidos en un sueño, eterno, sin final.
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