30 ene 2022

No se si te paso a ti

No se si esto te a pasado a ti.

Que de cierto se que hay muchísima gente que habla mal de mí, hay mucha gente que no me soporta o bueno, cree que no me soporta - porque ni me conocen. 

Hay gente que me conoce y seguramente lo sepa seguro.

Hay gente que me envidia, gente que me odia y gente que me ignora. Y lo sé a ciencia cierta.

Y mira, no les culpo, enserio.

Cuando era más joven me dolía mucho, muchísimo y no lo entendía; hacía lo imposible por llevarme bien con todo el mundo, porque odio el mal rollo, el drama. 

Oh Dios. cuánta energía gasté en intentar convencer a esa gente de que yo no era como ellos me pintaban o percibían.

 Pero que va, que va. Yo ya paso.

Porque igual de cierto que sé una cosa, sé otra y esta si es importantísima: y es que hay mucha, muchísima gente que me quiere, que me adora. 

Y que me valora porque saben quien soy. 

Y quien al día de hoy no sepa quien soy, que ni se moleste, porque yo tampoco lo voy a hacer.

Dios conoce mi corazón,
Yo me conozco, 
Se quien soy Y me quiero tal cual!
Y los míos lo hacen también. 

Y   y o   n o   n e c e s i t o   n a d a   más.!!!

Y si mañana es tarde


❝ Y si mañana es demasiado tarde?

Si es tarde para pisar descalzo en la hierba,

Contemplar la puesta del sol,

Tomar un baño de mar,

Comer con las manos sin que importe quien te está mirando ,

Usar el mejor perfume,

Tomar café con un amigo,

Pedir perdón,

Decir varios "te amo"...

Mañana puede ser tarde.

Ojalá que podamos hacer lo que tenemos ganas en el día de hoy, mañana y después...

Pero si el mañana no viene,

Tengo el hoy!

Todo mío!

Entonces, con permiso,

Lo voy a vivir. ❞

27 oct 2021

Con mucho esfuerzo

“Vaya que ha costado trabajo entenderlo, pero dicen por ahí que mientras una no se estrelle sigue acelerando. Creo que después de haberme chocado unas cuantas veces ya era hora de entender algunas cosas.

Lo primero que entendí es que tenía miedo y es por eso que me aferré a ti, que si te llamaba a cada hora no era porque te amaba mucho y quería "cuidarte", que si te pedía una foto cada cinco minutos no es porque desconfiara de ti, que si no te dejaba tener amigas no era porque pensara que ellas eran malas personas; tenía poco que ver contigo y todo que ver conmigo; pero me costó mucho trabajo darme cuenta.

Lo que quería evitar realmente era que encontraras a alguien mejor que yo porque nunca me consideré suficiente, proyecté en ti todos mis miedos e inseguridades, todas mis dudas y mis temores. Ahora me doy cuenta que no te quería proteger a ti, me quería proteger a mí, no quería que te dieras cuenta de lo poco que me valoraba y lo mucho que necesitaba que llenaras los vacíos que yo no tenía idea de cómo llenar.

Nunca fueron tus faltas de detalles, las pocas palabras bonitas que tenías conmigo, las veces que me humillaste o me decías que estaba loca, se trató de mí, de mí que aceptaba eso creyendo que era mejor tener migajas que no tener nada, fui yo quien permitió recibir todo lo que te sobraba para intentar llenar todo lo que me faltaba.

El problema es que el miedo a la soledad me tenía loca, la vocecita en mi cabeza diciendo que nunca iba a conseguir nada mejor, que me conformara contigo o que después de tanto tiempo, era más fácil seguir caminando bajo tus sombras que atreverme a buscar mi luz.

Hasta que un día sin darme cuenta toqué fondo y entendí que ya no podía caer más, que en ese hoyo estaba sola, ya no había nadie más y por primera vez tuve que ser fuerte, porque ser fuerte era mi única opción, ya no podía doler más, ya no podía llorar más. Poco a poco me fui levantando, fui aprendiendo, fui regando con mis lágrimas la tierra que quedó; poco a poco fui sanando y aunque nunca te diste cuenta, empecé a darme a mi misma, todo lo que tanto te exigí.

Hoy soy capaz de soltarte y dejarte libre, de cortar las cadenas que me unían a ti, hoy soy capaz de darme el amor y los detalles que durante tanto tiempo espere de ti. Hoy puedo ser libre para empezar a escribir la historia que siempre soñé para mí, hoy las heridas me recuerdan la lección que aprendí gracias a ti.

Mi tarea no era hacer que cambies y sanar esta relación tóxica; mi tarea era sanar todo lo que me había seguido conectando a ti.

Gracias por todo, pero he decidido volver a "brillar.”
.

Es perfecta

Y es perfecta?
Pues casi nunca se maquilla
ni se peina y anda con
el alma alborotada,
Tiene heridas y estrías,
llora como niña, baila,
canta y grita como loca,
lucha siempre por sus sueños,
no hay nada que la detenga.
A veces se cae pero siempre se levanta y vuela…
Es de noble corazón y alma de acero!!!
lleva el fuego en su piel y el cielo en los ojos,
le encanta el café caliente por las mañanas y
un buen vino antes de irse a la cama.
Ama los abrazos por la espalda y los besos en la frente le apasionan.
Le gusta la música, las estrellas y la luna, un buen libro de amor o de poesía…
Nunca puede faltarle la alegría, el ejercicio y una bella compañía…
Ama su soledad , disfruta la buena comida, goza su libertad, pero no le teme a un buen amor.
Odia las peleas, que le roben su paz.
Sabe cuidar y luchar por lo que ama, pero también aprendió a irse de dónde no la saben valorar.
Y no es perfecta!!.
pero es la mujer que siempre quiso ser ❤❤

21 oct 2021

Luciernagas

2 Luciérnagas.

Salieron con varias horas de anticipación, para llegar ya entrada la tarde y no llamar la atención, cuando el pueblo que amanecía temprano empezaba a aletargarse, y sus pobladores regresaban a sus casas. El mercado había cerrado ya y solo en la plaza principal habían visto a la gente pasear y descansar la tarde en banquitas verdes alrededor de un quiosco blanco en alto. Era un pueblo bonito. Lo dejaron atrás y encontraron la bifurcación a una vieja carretera secundaria de terracería, Hector manejó por veinte minutos más, hasta que el camino se hizo muy angosto y ahí encontraron el sendero marcada en el mapa, que Violeta seguía cuidadosamente, una impresión de la vista aérea del lugar, en donde no se veía más que algunas edificaciones salpicadas en medio de un espeso fondo verde.

La granja se encontraba a unos cinco minutos, sobre lo que algún día fue un camino de terracería y hoy era un inhóspito sendero. Había troncos y malezas esparcidos por todos lados, parecían los restos de una tormenta, era una vereda estrecha por donde apenas cabía un vehículo. El Altima dorado dio al fin con la última vuelta del camino marcado en el mapa, bamboleándose pesadamente, no era un auto adecuado para el terreno y había que ir con cuidado, finalmente encontraron un claro y lo que quedaba de la granja al fondo. El coche lentamente se dirigió hacia la entrada. Era un auto de ciudad y en buen estado, desentonaba de inmediato con el paisaje, por lo que lo estacionaron detrás de la casa, donde iniciaba un espeso bosque a cubierto de miradas curiosas.

La casa parecía apenas mantenerse en pie, los postigos y algunos vidrios estaban rotos, las ventanas totalmente cubiertas por el polvo y sobre el porche colgaban unas macetas despostilladas cuyas plantas habían muerto hacía mucho tiempo. La madera carcomida le daría un aspecto siniestro de noche, pero a la luz del día, solo parecía una cabaña vieja y cansada. Era una casa grande para el lugar donde se encontraba, parecía que la naturaleza, al verse libre de los humanos había ido estrechando el cerco paulatinamente y cada vez reclamaba más terreno.

Se bajaron del coche en silencio, explorando con cuidado el lugar. El ambiente era tan diferente del de la ciudad, que se relajaron y llenaron sus pulmones de aire fresco. Los pájaros rompían el silencio volviendo a su entonado y agradable coro en cuanto el motor del coche dejó de interrumpirles.

En realidad, el lugar tenía su magia, y el sol que se filtraba entre las ramas de los altísimos cedros era suave y empezaba a ocultarse. Se miraron y una sonrisa de complicidad se dibujó en sus rostros hasta estallar en carcajadas. Había sido un largo día y faltaba aún la mejor parte. La tarea parecía muy fácil, pero Hector no tuvo mucho tiempo para pensarlo y había estado muy tenso. Ahora parecía no solo sencilla, sino incluso una divertida aventura y a Violeta había empezado a parecerle romántico. Sólo tenían que aguardar allí hasta el anochecer, encontrar al contacto con el que Hector cerraría el trato y regresar a la ciudad con la mercancía.

Se acercaron al porche de madera, donde tres escalones desvencijados daban a la puerta principal en el mismo estado precario que la cabaña. Estaba cerrada con una cadena herrumbrosa y un pesado candado oxidado, pero lubricado por dentro y la llave que llevaba Hector funcionó sin esfuerzo.

Él se adelantó y abrió la puerta con dificultad, la madera estaba hinchada y al abrirla y despertarla de su sueño rechinó con un arisco quejido. Se quedaron un momento frente a la puerta y aunque estaba oscuro y húmedo, se dibujaba el contorno de algunos muebles y ningún movimiento. El silencio absoluto del lugar contrastaba con el sereno ruido de la naturaleza a su alrededor.

Entraron, la casa estaba desierta, obscurecida por unos viejos cortinajes raídos y llenos de polvo. Un sillón raído, dos sillas de madera tosca, una lámpara de porcelana antigua y un viejo radio sobre una mesa constituían la mayor parte del mobiliario. Hector cerró la puerta tras de sí, la casa era de una sola estancia, con una vieja cocina al fondo y tres puertas del lado izquierdo, dos dormitorios, uno vacío y otro con una cama con un colchón denudo y una mantas viejas y polvosas en un montón junto a la cabecera. Un baño en condiciones que no deseaban explorar y un closet con algunos ganchos y una chamarra deslucida y olvidada. Tras un breve reconocimiento y comprobar que estaban solos, ella lo tomó de la mano, y él la llevo hasta el sofá y sentaron muy juntos.

Violeta estaba nerviosa y sabía que no debían hacerlo, pero lo adoraba y estando a su lado, todos sus sentidos se embotaban, solo importaba estar con él. Tocarlo, sentir su piel, oír su voz. Enterrar la cabeza en su cuello y olerlo. No podía pensar en otra cosa y últimamente hacia cada vez más disparates para estar cerca de él.

El sol se estaba ocultando, encendieron la lámpara y la luz ámbar apenas iluminó la estancia lo suficiente para sentirse cómodos. Dentro de la extrañeza del lugar, había una atmósfera cálida y se sintieron seguros. Hector era un hombre recio y ella siempre se sentía protegida con él.

Hector comenzó a relajarse, le habían asegurado que era un lugar seguro y que hacía mucho tiempo que nadie se pasaba por ahí, nadie más que ellos y los otros dos enviados que periódicamente realizaban esas entregas. Algo había salido mal y los que estaban a cargo no habían podido realizarlo esta vez, pero Pedro Matamoros no quería perder la confianza de su cliente habitual y le había asegurado a Johan Miranda, que su sobrino y su chica, harían la entrega esta vez. Violeta era la coartada perfecta, ¿quién sospecharía nada de una pareja de enamorados turisteando en un pueblo, sobre todo siendo ella tan bonita?

Mucho se rumoraba sobre el trabajo de su tío, pero hasta la noche anterior, Hector no había sabido bien a bien a que se dedicaba. Sin mucho preámbulo, tras pedirle que fuera a verlo, su tío, enfermo y ardiendo en fiebre, le había explicado qué tenía que hacer y le había prometido un jugoso porcentaje si todo salía bien. Hector solo vislumbró una tremenda oportunidad de sumar una buena cantidad y aventurero y muy pagado de sí mismo como siempre, aceptó. Así que aquella misma noche habían recogido el dinero de Miranda, quien se había mostrado muy reticente, pero al final se los había entregado.

Encendieron el radio y huyendo de la estática, pasaron de una estación a otra hasta encontrar una vieja canción que ambos cantaron. Él le pasó el brazo por la espalda y la besó profundamente. Hicieron el amor en silencio y gozándose como solo hacen los amantes que necesitan el cuerpo del otro como alimento. Terminaron pronto y explosivamente, los nervios y el extraño momento, les habían servido de catalizador, él la encontraba deliciosa y ella se derretía ante su más mínima caricia. Siempre estaba más que dispuesta a estar con él, pues era cuando lo sentía más cerca, más cariñoso y se bebía su presencia como un afrodisiaco. Se arreglaron la ropa, abrieron un par de cervezas y empezaron a hacer planes. Todo iba a salir bien.

Llegó la noche y salieron sigilosamente, dejando todo como lo habían encontrado, solo las latas de cerveza delataban la tarde que habían pasado ahí. Sin prender los faros del coche y apenas acelerando para no hacer ruido, recorrieron varios metros hasta la cerrada curva que llevaba al camino principal. La llanta derecha topó con algo grande, seguramente alguno de los troncos que habían sorteado al llegar. Hector retrocedió un poco y enfiló a la izquierda todo lo que pudo, sortearon el obstáculo y avanzaron el resto del sendero, hasta el camino de terracería, pero el traqueteo había empeorado notablemente.

Hector se detuvo y bajó, con la terrible sospecha de que la llanta estaba ponchada. Y con ese frio que te hace respirar profundamente cuando sabes que las cosas acaban de torcerse realmente para mal, rodeó el coche y se acuclilló.  La llanta estaba rota, era imposible continuar con ella, y aunque ya lo sospechaba, al abrir la cajuela, lo supo al instante, la llanta de refacción no tenía aire.

Comenzaron a caminar, rodando él la llanta trabajosamente, el tenso silencio solo roto por la respiración afanada, iban lo más rápido que podían, pero aún así, tardaron más de tres horas en ir y volver del pueblo y cambiar la llanta maltrecha. De regreso, la oscuridad era total, de pronto un brillo tímido aquí y allá, luciérnagas. Empezó a llover y pronto, ambos estaban totalmente empapados. Violeta tiritaba de frío, Hector seguía empujando la llanta, el camino parecía eterno, apenas podían ver por donde iban, los árboles eran muy altos, pero espesos y aquella noche no había luna. Los pies doloridos y la espalda que le estaba matando, además de la tensión por el tiempo perdido, había opacado cualquier sensación de aventura y Hector ahora sentía que esto había sido una idea terrible. Violeta apenas se atrevía a hablarle y alternaba entre tratar de mostrarse optimista y permanecer en silencio.  

Pero aún podía salir bien.

Exhaustos y empapados pero llenos de adrenalina, emprendieron de nuevo el camino. Hector abrió dos latas de cervezas y le pasó una a Violeta. Él se la bebió de un solo golpe y destapó la siguiente sin apenas hacer una pausa. Siguieron unos veinte minutos más por el camino de terracería, y en la espesa oscuridad apenas pudieron encontrar el portón de la vieja hacienda que les habían descrito. Sólo el motor del auto interrumpía el pesado silencio nocturno. El hombre de barba llevaba horas allí y estaba impaciente, Hector se bajó y ofreciéndole una cerveza, se disculpó explicando el retraso, mientras Violeta esperaba en el auto. Cuarenta minutos después la cajuela estaba lista y el trato cerrado, Hector estaba achispado y otra vez de buen humor. Violeta solo fingía estar tranquila.

La parte difícil estaba hecha, ahora sólo tenían que regresar a la ciudad y llamar al señor Miranda. Les llevaría pocas horas, pero habían perdido mucho tiempo.

Había muy pocos autos por la recta carretera de doble sentido, una carretera vieja, pero en buenas condiciones, habían dejado atrás varios pueblos y volvían a estar en un tramo lleno de árboles añosos que apenas se inmutaban al verlos pasar. Llevaban varias horas de retraso, él aceleró hasta que el poderoso auto alcanzó los 180 kilómetros por hora. Las luces de un tráiler le molestaron. No vio venir la curva.

Johan Miranda esperó inútilmente la llamada hasta que amaneció, no habría pérdidas significativas para él si el negocio no se concretaba; Matamoros tendría que afrontar la deuda, pero no debió confiar en ellos, sabía de antemano que al final no se atreverían a hacerlo. Solo eran dos muchachos.

Luna de papel.
Original.

No te quiero debil.

No te quiero débil,
llorando por los rincones,
¡Te quiero fuerte!

No te quiero tan princesa,
de esas que no mueven ni un dedo,
pendientes sólo del manicure,
encerrada en tu castillo,
¡Te quiero mujer!

Valiente,
que dia a dia sale a partirse la madre,
¡Que sufre si!
Que lleva dolor,
pero con mucho coraje lo esconde tras una sonrisa.

No te quiero amargada,
quejandote todo el día,
¡Te quiero feliz!
Luchando contra la adversidad,
positiva,
construyendo con tus manos tu propio palacio,
¡Digna!

Una dama.

No te quiero presa,
callada,
sumisa,
¡Te quiero libre!
Diciendo lo que sientes,
gritando para que te oigan,
¡Te prefiero loca!
Riendote de la vida,
bailando con ella,
¡Que se entere quién eres!

No te quiero reina,
¡Eso ya lo eres!
¡Te quiero bruja!
Ruda,
peleando por tus sueños,
asustando al mundo al verte volar,
¡Con alas o sin alas!

Pero siempre decidida,
dispuesta a pelear por lo que es tuyo.

Tomando el timón de tu barco,
aunque no sepas navegar,
¡Asi te quiero!

Tomado de Noches con sabor a ti.

15 oct 2021

Te quedo grande cabrón

¡Te quedó grande Cabrºn!

Ella, ella es un Diosa
en todos los sentidos
es alabada y querida por muchos.
Ella, dejó su trono por ti,
a ti te te daba todo lo que a nadie no.
Dejó su corona, su luna,
su ser por ti, ¡gran cabrºn!

¿Cómo es qué no viste todo eso?
¿Cómo es qué la dejaste ir de tus manos?
¡Cuando era solo tuya!.

Pero tus inseguridades, 
la falta de huevºs,
y el exceso de celos y posesión 
te hicieron perderla. 

Te creíste un papel
de amo y señor:
de sus pensamientos
de sus actos,
hasta le robaste sus sueños
y ella, solo decía...
¡Sí señor!
Ella se perdió por ti,
se abandonó así misma
y no le importó
por el amor que te tenía.

Pero eso no te bastó, 
tenías que abandonarla,
cuando más te necesitaba,
cuando quería el abrigo
de unos brazos de consuelo,
a ti eso te importó mierdª.

Solo te importa
tu ego de gran señor,
de varón herido,
y no le das valor
a todo lo que ella te dio.

Quizás fue mejor así,
que ella ya no esté para ti,
ni para complacer
tus caprichos de niño.

Ella volverá a brillar más que antes,
y será otra vez
la Diosa que siempre ha sido,
muy lejos de ti.

Paola Maldonado Maléfica

soy un libro

Soy un libro abierto
pero complejo de leer, 
disponible en la parte más alta
de la biblioteca, 
con el título de: 
“Prohibido para ciegos“
Y no hablo de una simple visión, 
si no de esa que se ve con corazón. 
Porque hasta un ciego con su braille 
podría leer los secretos de mi piel, 
mientras que unos ojos sanos
solo verán la carne nada más. 

Hay libros que son exclusivos
y se guardan con recelo, 
solo es para el alumno que estudie
el complejo de un caos
y comprenda la maravilla de su ser 
e incite la mente a trabajar duro
por conquistar unas hojas, 
que a simple vista están vacías, 
sin contenido, sin letra pequeña, 
ni párrafo de inicio;
pero si lo sabe abrir encontrará:
 un universo inexplicable, inefable, 
donde querrá adentrarse una y otra vez, 
encontrando una locura "de más" 
una galaxia "de más", 
un polvo de estrellas
que lo enloquecera.

Soy un libro abierto,
pero no admisible para cualquiera,
solo para aquel que sepa descifrar
el dulce secreto que habita en mi piel. 
 

Paola Maldonado Maléfica

23 jul 2021

Todos


Adiós a las personas que sólo me restan y tratan de opacar mi Luz, con sus mentiras y engaños.Adiós a mis miedos, incluso el miedo al éxito,  a la abundancia y a ser feliz.Adiós al pasado, lo perdono, me perdono y lo libero.Adiós a esas emociones que están atrapadas en mi corazón, en mi cuerpo y en mi alma; decido con amor y perdón liberarlas, sanarme con mi amor propio y empoderar mi Luz.Adiós a lo que piensen los demás, a prejuicios, a expectativas de otros; me centro en mi, en lo que quiero y deseo.Por tanto... le doy la bienvenida a la nueva versión de mi Ser.Autor:  Desconocido #LouiseJovTodos en algún momento de nuestra vida, deberíamos decir adiós...y decirnos a nosotros mismos:

Adiós a la persona que fui, porque cada día me transformo en la esencia de mi Ser.

Adiós a las situaciones que no deseo vivir, las acepto y comienzo a manifestar lo que deseo experimentar. 

22 jul 2021

perdona

Perdona a tu mamá y perdona a tu papá, quizá ahora no lo entiendas, pero cada vez que te lastimaron, te abandonaron, te humillaron te estaban enseñando a ser más fuerte, más independiente, te enseñaron a marcharte de donde no se te quiere más.

Perdona a tu pareja que te engaño, quizá doliera mucho, pero te estaba enseñando a poner límites, a amarte a ti por sobre todos los demás y a serte fiel a ti misma.

Perdona a tu compañera de trabajo, la 3nvid1os4, la que hablo mal de ti, la que te hizo la vida imposible, ella vio en ti algo que nunca podría llegar a ser y te enseño que, incluso en tu peor momento, tu luz brilla tanto que lastima la vista de los demás.

Perdona a tus hijas e hijos por las insolencias, las mentiras, el abandono, te estaban enseñando a soltar tus apegos y a entender que no puedes controlarlo todo, te estaban enseñando a soltar.

Pero sobre todo perdónate a ti, por tu sobrepeso, por no ser la hija, la esposa, la madre perfecta. Perdónate por cada vez que te dejaste vencer por el miedo, perdónate por cada error, pues de no ser por ellos, no serias la persona que eres hoy, créeme, eres maravillosa.

Tu historia es perfecta, tu vida es perfecta y aunque no lo parezca, todo ocurre para enseñarte algo, para crecer.

la vida

¡Qué alegría, otro día viva! - De LasPequeñasCosas de todos los días son las grandes cosas que tenemos ❤️